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¿Cómo afecta el frío a los coches eléctricos?

Está comprobado que el frío afecta negativamente a la autonomía de las baterías.

A diferencia de lo que ocurre en un motor de combustión, un propulsor eléctrico no se ve afectado por el frío, pero sí lo hace el aceite que lubrica la transmisión, que se espesa y aumenta así la fricción interna, lo que provoca un descenso en la  autonomía de las baterías.

La autonomía también se ve afectada en algunos casos por la calefacción. Tomamos de ejemplo el Nissan Leaf, cuyo  gasto medio  sin calefación es de 15 kWh/100 km,  y 137 km de autonomía. Con el frío, si encendemos la calefacción, el gasto medio aumenta a 18 kWh/100 km, y la autonomía final se reduce a 110 km.

Pero no sólo la autonomía se ve afectada con el frio, también afecta a la carga. El Nissan Leaf tiene unas baterías de 24 kWh. A 20ºC carga 20,5 kWh, el máximo usable (110 km con calefacción); pero a 0ºC carga 18 kWh (100 km con calefacción) y a -16,4ºC carga 16,5 kWh (89 km con calefacción).

Esta reducción de autonomía afectaba al modelo vendido en 2011. Actualmente el Nissan Leaf está equipado de serie con el «paquete invierno» , formado por: calefacción de batería, asientos y volante calefactables.

Con esto conseguimos que la batería mantenga una temperatura más alta. Ésta se carga alimentándose de la red, y permite alcanzar prácticamente la carga máxima. Además, se reduce el gasto de 3000W a menos de 300W. De esta manera el consumo sería de 15,3 kWh/100 km, alcanzando una autonomía de 134 km (se perderían sólo 3 km).

Con esto y con la activación de la precalefacción programada 30 minutos antes de coger el vehículo por la mañana, el frio no debería suponer pérdida de autonomía.

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